DESDE SITGES // ‘Poulet aux prunes’, el mejor film de 2011 (por ahora)

Todavía queda la recta final del año para que se estrenen las pelis con aspiraciones a los Oscar, Globos de oro, etc; pero lo que tengo muy claro a día de hoy es que el mejor film de 2011 que he visto se llama Poulet aux prunes (Pollo con ciruelas). La cinta de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud, autores de la aclamada Persépolis, es el primer sobresaliente de 2011. Quizás ello se deba a algo que saben muy bien los profesores y es que, cuando se está calificando a los alumnos, el mismo examen puede ser un ocho, un nueve o un diez dependiendo del nivel del resto de los textos corregidos. Y el de este año esta siendo más bien flojillo. Independientemente de cualquier apreciación basada en el momento presente, creo que es innegable que Pollo con ciruelas conjuga los elementos cinematográficos clave con la exquisitez que define a las grandes historias. La factura técnica basa su magnificencia en lo distinta que es a cualquier otra cosa (aunque se vean influencias de la escuela iniciada por Amélie); la historia, que tarda un pelín en arrancar, avanza sin aburrir a través de los distintos actos hacia un final maravilloso, puramente cinematográfico. Además, el espectador, que empieza forzado a juzgar a los personajes, acaba amándolos desde la más profunda empatía que el séptimo arte es capaz de conseguir.

Satrapi y Paronnaud tienen un lenguaje fílmico propio que no sólo es distinto, sino que es, además, hermoso y tremedamente apelativo. Más allá del curioso estilo fotográfico de su primera cinta de acción real está la puesta en escena de todas las secuencias, en las que cada uno de sus planos parece casi dibujado y coloreado como si se tratase de una peli de animación. El trabajo de la dirección artística es de una belleza plástica que abruma, atrae y alegra la vista del público. La apuesta formal de Pollo con ciruelas da ganas de dar un abrazo a la gente que se ha visto involucrada en la consecución de un lenguaje propio, utilizando el abecedario artístico que todos conocemos pero no las mismas palabras que estamos hartos de escuchar.

Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi.

Si hay un aspecto que hace que la fabulosa estructura dramática del guión de Satrapi y Peronnaud adquiera la grandeza cinematográfica que tiene la peli es el montaje de Stéphane Roche. El editor francés, el mismo de Persépolis, no trunca nunca el ascendente ritmo del libreto sino que lo mejora en una simbiosis beneficiosa para el conjunto que adquiere tonos de obra maestra en le clímax que cierra la historia. Además del montaje, una ayuda necesaria para que el relato penetre en el alma del espectador es la eclética banda sonora de Olivier Bernet, que corre y bromea en los momentos jocosos y llora desgarradamente cuando lo hacen los personajes. En definitiva, que la montaña rusa de emociones que es el esqueleto del film tiene siempre su correspondencia musical en la partitura de Bernet, los planos de Christophe Beaucarne y las tijeras de Roche.

Farahani y Amalric, en una escena de la película.

El reparto no le va a la zaga al resto de la obra. El protagonista, un sorprendente Mathieu Amalric (al que algunos recordarán como el Louis de Munich), encarna con la delicadeza de un pianista la desazón de aquel que ha perdido la ilusión que lo ataba al mundo. Amalric es una presencia notable para un personaje enorme. Maria de Medeiros da el notable alto que su extraña expresividad siempre alcanza y Golshifteh Farahani (vista en Red de mentiras y Encontrarás dragones) nos hace comprender y compartir el amor de Nasser Ali por Irâne. La que nunca me ha gustado y sigue sin gustarme es Isabella Rossellini, que cuenta con un pequeño papel.

Si dije que nadie debía perderse Extraterrestre, lo mismo -incluso con mayor insistencia- vale para Pollo con ciruelas. Bárbara en todos los sentidos, la obra de Satrapi y Paronnaud es un derroche de talento e imaginación que hará las delicias del que acude al cine con la inocencia del apasionado por escuchar historias nuevas. Gracias a todos los que han participado en este film por no repetir cantinelas resobadas y principalmente por poseer una voz que , amén de propia, es hermosa. Imperdible.

PD: Adjunto tráiler en francés (a los que lo entendáis os dará una buena idea. Los que no, podréis, al menos ver las maravillosas imágenes que lo componen).


Acerca de davidsimple

Soy un joven valenciano licenciado en Periodismo. Mi pasión por el séptimo arte me ha llevado a comenzar esta aventura en el mundo blog.

Publicado el 14 octubre, 2011 en EN CARTELERA: CRÍTICAS SIMPLES, NOTICIAS SIMPLES y etiquetado en , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 9 comentarios.

  1. No lo hubiese dicho nunca. Y eso q cada vez me está gustando más el cine francés xq tiene peliculas q no imaginas y te sorprenden. Y eso q odio Amelie (vi un rato y ya tuve bastante)

  2. La mejor peli del año para mí es «The artist»… A la espera de «Un método peligroso», que no tengo claro del todo cuándo la estrenan.

    saludos!

    PD: Yo también anduve por Sitges, a ver si me pongo con mis pequeñas crónicas sobre lo que vi.

  3. Por cierto que la de los pollos con ciruelas es ciertamente una gran peli. Me aburría al principio a pesar de su potencia visual (impresionante) pero su parte final es absolutamente magnífica y da sentido a todo, todo, todo.

    • No pude ver la de ‘The artist’. Todavía tengo esa espina clavada. Aunque ‘Drive’, que la ví al día siguiente de ‘Poulet aux prunes’ me gustó todavía más.

      • Bueno, yo le auguro muy buena carrera en salas a «The artist», básicamente por los famosos boca-boca o boca-oreja… Y me gustaría que tuviera varias nominaciones a los Oscar, cosa que veo bastante probable. Con ello,la gente podrá verla, disfruitarla y gozarla!!

        Un saludo.

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